sábado, 9 de julio de 2011

Formación + vivencia + iniciativa = cooperación enfermera

Ves cómo una sociedad trata de salir adelante, cómo hay un montón de carencias. Todo ello a nosotras nos remueve. Entre comillas, nos hemos hecho un poquito pobres, porque al final volvemos a nuestra realidad”, reflexiona la enfermera Gemma Menéndez Merino a su regreso a España tras pasar tres semanas en Nicaragua. “Esta experiencia nos ha cambiado, nos ha hecho sentir de muchas maneras, vulnerables, pero también alegres. A veces hemos llorado, compartiendo y escuchando a la gente con la que estábamos. Otras hemos celebrado, como el último día con la comunidad de Valledulce, nos s sentamos con sus gentes a hablar y compartir. Todas estas vivencias nos las llevamos. Es todo lo que rescatamos de allá como profesionales de salud y como personas”.
El proyecto Samaritanas
Gemma viajó a Nicaragua tras conseguir la beca del curso de cooperación al desarrollo que tuvo lugar en Guadalajara, junto con Eugenia Mira Tirado, que completó el curso de Alicante, y Teresa Moreno Suárez, formada en el correspondiente a Mérida. Las tres concluyen al unísono que han aprendido que las enfermeras “con nada pueden hacer mucho” por el cuidado de la salud de las poblaciones. Entre las experiencias que vivieron destacan el impacto que les causó el proyecto “Samaritanas”, que ayuda a los niños, adolescentes y mujeres que sufren explotación sexual comercial en Managua. “Salimos de noche para ir a lo que llaman los focos. Hablamos con las mujeres de la calle. Conocimos su situación y su mundo de exclusión social, que nos removieron por dentro, desde nuestra condición tanto de enfermeras como de personas”, recuerda Gemma. “Estuvimos hablando con algunas de estas mujeres y aprendes mucho de su fuerza vital. No sabes de dónde sacan sus fuerzas, pero llevan la casa adelante, los hijos, el trabajo que tienen”, completa Teresa.

Transformar esta realidad es la finalidad de los proyectos propuestos por las tres enfermeras. En el caso de Teresa plantea la mejora de la formación de las enfermeras en materia de enfermedades de transmisión sexual. “Es un campo que desconocen. Pasé una encuesta en la que preguntaba sobre la Hepatitis B y la mayoría no sabía que era una enfermedad de transmisión sexual. Sólo conocían el SIDA”. Mejorar la salud reproductiva de las mujeres que sufren explotación sexual es la idea central de la iniciativa de cooperación enfermera planteada por Gemma. “Son mujeres con una autoestima baja, con un sentido de identidad y de mujer también bajo, porque la misma sociedad, de alguna manera, las mira mal. Es necesario trabajar a nivel integral con ellas, para producir un cambio a nivel de toda la comunidad para generar otra sensibilidad distinta”.

El Mercado Oriental
El Mercado Oriental es el más grande de Centroamérica. Se encuentra en el distrito 4 de Managua. Cada día transitan por él unas 70.000 personas. En sus entrañas viven otras 5.000. “Cuando entras ves todas las carencias que tiene, desde el punto de vista social, higiénico sanitario, de recursos e infraestructuras, de todo”; describe Arantxa Rina, enfermera que estuvo en Nicaragua tras superar el curso de Bilbao. “En la zona vive gente marginal, con grandes problemas sociales de prostitución, drogadicción y baja escolarización”, añade su compañera de viaje Carmen González, quien participó en los talleres de Santander. “Nos llamó mucho la atención que siendo el mercado más grande de la región tuviera tantas carencias. Para empezar tiene un problema con la cobertura sanitaria, con las basuras, con el saneamiento de las aguas y con la higiene en general”, completa Silvia Jiménez, enfermera de Aragón formada en las clases impartidas en Huesca.

Las tres señalan que la realidad que se encontraron allí las llevó a considerar que el Mercado Oriental era el marco apropiado para sus proyectos. “En mi caso me he centrado en la educación sanitaria con el fin de mejorar el manejo de las basuras, aumentar la conciencia sobre la importancia del reciclaje y sensibilizar a la población sobre las implicaciones que esta problemática conlleva para la salud”, señala Silvia. “Mi proyecto pretende capacitar al personal sanitario del centro de salud que existe en la zona para fortalecer sus conocimientos higiénico sanitarios”, expone Carmen. Mientras que Arantxa propone la creación de un puesto de salud en el propio mercado con el fin de “encauzar las funciones propias de la enfermería a través de la promoción, prevención y tratamiento entre la población que vive en ese lugar”.

La temporada de lluvias
Laura Alegre, enfermera del curso de Barcelona, Isabel Enero, del curso de Toledo, y Cristina Pintos, matrona del curso de Inca (Baleares) comprobaron in situ las consecuencias de la época de lluvias en la población que vive en torno al lago de Nicaragua, el segundo de mayor tamaño de América Latina. “Estuvimos en los albergues que habían habilitado como consecuencia de las crecidas provocadas por las lluvias caídas entre septiembre y diciembre de 2010. Allí viven hacinados los habitantes de la ribera del lago. El lugar es un foco propicio para la aparición de enfermedades infecciosas” explica Isabel. “Han tenido que improvisar un puesto de salud, con personal procedente de otro distrito. La enfermera que estaba atendiendo a la población nos comentó que faltan medios y medicamentos. Tampoco tienen letrinas suficientes ni baños”. Por ello, la dotación de equipamiento y la mejora de los conocimientos de la población para prevenir enfermedades son los dos objetivos del proyecto de cooperación enfermera propuesto por Isabel. En este contexto es fundamental la labor de las promotoras de salud, un aspecto en el que incide la iniciativa planteada por Cristina Pintos. “Ayudan a identificar los problemas de salud de la comunidad y orientan a la población. Por ello, es necesario que reciclen sus conocimientos”.

A Laura Alegre lo que le llamó la atención fueron las condiciones “paupérrimas y lamentables” del Hospital Psiquiátrico de Managua. “Es un edificio con más de 70 años. Las paredes se caen a pedazos y no tienen seguridad. Desde el punto de vista de la enfermería carecen de protocolos y disponen de poca medicación. Cuando se agota dependen de las donaciones de las empresas farmacéuticas, que a menudo suelen dar medicinas a punto de caducar, lo que genera problemas de praxis”. Para corregir esta situación, Laura propone un proyecto que pretende mejorar la dotación de medicamentos y la formación de las enfermeras relacionada con los cuidados de salud mental.

“A nivel personal, humano te das cuenta de otra realidad, que a veces se nos olvida estando aquí, en España” afirma Laura a modo de conclusión de su experiencia. En esta misma idea insiste Gemma Menéndez, “nos hemos sensibilizado como personas y como profesionales de salud. Ahora tenemos la responsabilidad de llevar nuestras vivencias a nuestras comunidades, a nuestros compañeros. Creo que es importante que la gente conozca la realidad del sur, cómo se trabaja y cómo se vive”. Son las reflexiones que las enfermeras comparten con sus compañeras de trabajo en las mesas de experiencias que organiza FUDEN y en el blog

Aprendiendo a cooperar, tras participar en este proyecto, financiado por instituciones como la AECID y la Junta de Castilla La Mancha.

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