miércoles, 1 de febrero de 2012

Merece justicia


El poeta Marcos Ana (en la foto) pasó 23 años en las cárceles franquistas, donde fue torturado y condenado a muerte dos veces. Fue uno de los primeros presos de conciencia de Amnistía Internacional.

Esta semana, el juez Baltasar Garzón se sienta en el banquillo de los acusados por no haber aplicado la Ley de Amnistía de 1977 y por haber iniciado una investigación sobre violaciones de derechos humanos durante la guerra civil y el franquismo, entre otros cargos. Crímenes como la desaparición forzada de más de 100.000 personas, torturas y miles de ejecuciones sin juicio de hombres y mujeres cuyos restos aún están en cunetas de toda España.

Investigar violaciones de derechos humanos nunca puede ser un delito. Es más: las leyes internacionales dicen que es una obligación para el Estado español, incluyendo el Poder Judicial en su conjunto.

Amnistía Internacional

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